El primero de ellos incluyó a 662 lechones de 12,2 kg que recibieron 5 dietas distintas con niveles crecientes de lisina (1,1; 1,2; 1,3; 1,4 y 1,5%) estas diferencias se generaron mediante la inclusión de L-lisina HCl. En el segundo experimento, 665 lechones de 12,3 kg también recibieron cinco dietas distintas que contenían 1,40% de lisina y cinco niveles de AAS (0,63; 0,70; 0,77; 0,83 y 0,90%).
El incremento del contenido de lisina (prueba 1) aumentó la GMD cuadráticamente (549, 568, 586, 577 y 572 g/d; p=0,06) mientras que el IC mejoró de forma linear (1,55; 1,54; 1,52; 1,48 y 1,49; p<0,01). El incremento de AAS (prueba 2) mejoró la GMD cuadráticamente (558, 590, 586, 568 y 577; p<0,05) y el IC linearmente (1,59; 1,52; 1,49; 1,47 y 1,46; p<0,001).
Mediante una regresión, se estimó que las necesidades de lisina eran de 1,27% y las de aminoácidos sulfurosos (AAS) 0,72 para maximizar el crecimiento y 0,84% para el IC. Por lo tanto, la relación AAS:lisina fue de 56,7% para el crecimiento y 66,1% para el IC.
AM. Gaines, GF. Yi, BW. Ratliff, P. Srichana, GL. Allee, CD. Knight y JL. Usry 2004. Journal of Animal Science Vol. 82, Supplement 2. ref 154